El hueso alveolar forma parte del hueso maxilar (maxilar superior o mandíbula) y se trata de un tejido calcificado que rodea los dientes en el que se integra la raíz dental. Su misión principal es alojar y sostener las piezas dentales, manteniendo los dientes en el hueso maxilar.

Las principales causas de la pérdida de hueso alveolar son:

  • Pérdida o extracción dental: cuando se produce la pérdida de un diente o se extrae una pieza dental, el hueso alveolar va desapareciendo de manera gradual. De hecho, va perdiendo parte de su altura y su anchura y se va reabsorbiendo. Además, esta pérdida también afecta a los demás dientes, pues tienden a moverse.
  • Uso de dentaduras postizas: las prótesis removibles no son la mejor solución para el problema de ausencia dental, ya que no estimulan al hueso alveolar, favoreciendo su reabsorción. Con el paso del tiempo, también podrían ocasionar el aflojamiento de la dentadura, así como problemas al comer o al hablar.
  • Periodontitis: la acumulación de bacterias en la boca puede acarrear problemas como la periodontitis. Se trata de una infección grave de los tejidos de soporte de los dientes, los cuales pueden llegar a caerse. Asimismo, el sarro genera el deterioro del hueso alveolar, fomentando su pérdida.
  • Traumatismos: un fuerte golpe en el diente también puede ser el causante de la reabsorción ósea. Por ello, es esencial acudir cuanto antes a una clínica odontológica para que un especialista valore el caso y recomiende la mejor solución.
  • Las personas que padecen osteoporosis suelen tener una mayor propensión a sufrir pérdidas de hueso dental. Esto se produce por el desequilibrio entre el calcio y el fósforo, consecuencia de esta patología, que disminuye la densidad ósea de todo el cuerpo.
  • Entre las patologías que produce la diabetes de tipo 2 en las personas se puede destacar el aumento de casos de infecciones o problemas de encías. Esto provoca el deterioro de los dientes y, si no se actúa a tiempo, aumenta las posibilidades de sufrir una pérdida de hueso dental.

 

Una vez entendemos las razones detrás de la pérdida de hueso dental y sus implicaciones, es importante explorar las soluciones disponibles.

En casos de pérdida total de hueso, la solución principal implica un injerto de hueso para restablecer la base ósea necesaria para la colocación de implantes dentales. Este tipo de injertos también se emplea para reparar el hueso dañado y perdido alrededor de los dientes, como consecuencia de una infección de las encías. Además de reemplazar el hueso perdido, el injerto estimula el crecimiento de la mandíbula.

Una buena higiene bucal, visitas regulares al dentista y un manejo adecuado de las condiciones médicas subyacentes son fundamentales para prevenir la pérdida de hueso dental y mantener una salud bucal óptima. Si sufres una pérdida de hueso dental o quieres evitar la pérdida de hueso, contacta con nuestra clínica y pide tu cita.