El tabaco es factor de riesgo de enfermedades orales, por lo que puede producirlas o empeorarlas. Para que exista un control, es aconsejable acudir al menos una vez al año a la consulta para realizar revisiones, prevenir y tratar posibles afectaciones. Debe seguirse una higiene bucal estricta diariamente para no favorecer la aparición de bacterias que puedan inflamar las encías o formas caries.

Debemos tener en cuenta todas las consecuencias que puede producir en el entorno oral:

  • -Enfermedad periodontal: El tabaco puede afectar tanto a las encías como a la estabilidad de los dientes sobre el hueso. Algunas de las consecuencias del tabaco y la periodontitis es que mientras se fuma, se produce menor cantidad de saliva, por lo que la boca se mantiene más seca y favorece la adhesión de las bacterias a la superficie de los dientes, facilitando la inflamación de encías y la aparición de cálculo o sarro. Además, el tabaco enmascara la inflamación de las encías y el sangrado, por lo que aparentemente puede parecer que no exista ningún problema en la boca cuando realmente sí puede haberlo. También afecta a la periimplantitis, que es la inflamación y afectación de la zona que rodea a los implantes. Los datos indican que las personas que fuman antes o después de la colocación de un implante tienen entre un 35-70 % más de posibilidades de riesgo del tratamiento.
  • -Alteración de la estética dental: Fumar diariamente supone que los componentes de los cigarros, como el alquitrán y la nicotina, se adhieran a la capa más superficial de los dientes alterando su color. Esta tinción, hace que los dientes se vean amarillos o con manchas marrones, lo que reduce la estética dental. Una vez aparecen las manchas, no es posible eliminarlas con el cepillo en casa, sino que debemos acudir a la clínica dental para realizar una limpieza y profilaxis que las eliminen por completo. Sí podemos evitar su rápida aparición cepillando 2 o 3 veces al día los dientes con una correcta técnica de cepillado y un dentífrico fluorado.
  • -Caries: Como ya hemos comentado, el tabaco reduce la producción de saliva y favorece la adhesión de la placa bacteriana, por lo que esto ayuda a que se produzcan caries. Para prevenirlo debe cepillarse diariamente los dientes para eliminar bacterias del margen gingival.
  • -Halitosis: La poca producción de saliva ayuda a la formación del mal aliento, ya que al no haber reflujo de saliva, no hay autolimpieza oral y se resecan las bacterias adheridas produciendo olor desagradable.
  • -Dificultad en la cicatrización: tras cirugías o tratamientos que precisan de un tiempo de cura de las encías, el tabaco puede influir en la cicatrización y dificultar la curación total de la herida.
  • -Aparición de enfermedades, como cáncer oral: fumar multiplica el riesgo de padecer alguna enfermedad, entre ellas el cáncer oral. El cáncer oral es 6 veces más frecuente en fumadores que en no fumadores. Se considera que existe un riesgo potencial cuando se fuma 2 paquetes de cigarros diarios.
  • -Problemas de ajuste de las prótesis removibles: disminuye la retención y adhesión de las prótesis. Además favorece la aparición de lesiones por roce o fricción.

Aconsejamos reducir el consumo de tabaco en la medida de lo posible, ya que cuantos más cigarrillos, más riesgo de aparición de lesiones orales. Y si se tiene el ánimo, dejar el tabaco por completo. Lo agradecerá tu cuerpo y boca.

No dudes en pedir cita en nuestra Clínica dental Giariber, te ayudaremos.